Después de leer ese crudo relato, realmente me entristece ver como nuestros legisladores y una gran parte de la sociedad parece no importarles este tema tan delicado. Es muy fácil ver como sindicatos y asociaciones estudiantiles alzan la voz y se manifiestan bloqueando calles cuando se trata de problemas como privatización de muelles o “soberanía estudiantil”, pero cuando unos pocos médicos del Hospital de Niños claman por una pronta reforma a la ley en contra del abuso infantil, parece que a la mayoría de personas y grupos sociales no les importa.
Como parte de esta sociedad tenemos dos opciones: ser simples espectadores del abuso infantil o unirnos como sociedad civil para proteger lo más valioso de nuestra sociedad: la niñez.
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